Literatura y publicidad en el turismo

La literatura también se utiliza como publicidad turística. Los publicistas utilizan la poesía y la literatura que habla de lugares para que estos reciban más turistas gracias a esas obras. En ocasiones basta con que una obra famosa mencione el lugar para que este gane más visitantes e incluso se convierta en lugar de culto para  los seguidores de un autor u obra. De hecho existen libros que se utilizan para promover el turismo de una determinada zona y que en realidad son en sí mismos publicidad de ese lugar.

Río Duero, río Duero,
nadie a acompañarte baja;
nadie se detiene a oír
tu eterna estrofa de agua.

Indiferente o cobarde,
la ciudad vuelve la espalda.
No quiere ver en tu espejo
su muralla desdentada.

Tú, viejo Duero, sonríes
entre tus barbas de plata,
moliendo con tus romances
las cosechas mal logradas.

Y entre los santos de piedra
y los álamos de magia
pasas llevando en tus ondas
palabras de amor, palabras.

Quién pudiera como tú,
a la vez quieto y en marcha,
cantar siempre el mismo verso
pero con distinta agua.

Río Duero, río Duero,
nadie a estar contigo baja,
ya nadie quiere atender
tu eterna estrofa olvidada,

sino los enamorados
que preguntan por sus almas
y siembran en tus espumas
palabras de amor, palabras.

Este poema de Gerardo Diego apareció en 1923 en Soría. El poeta pertenece a la Generación del 27: es un romance clásico que consiste en siete estrofas, cada una de ellas de cuatro versos octosilábicos y rima asonante en los pares. Además, se emplean paralelismos y repeticiones, por ejemplo con el verso 'palabras de amor, palabras', por lo que el poema parece casi una canción.
 El romance personifica al río, que es capaz de sonreír y de cantar. Se puede considerar, entonces, que el poema es una oda al río que es de gran importancia para el autor, pero dejado en soledad por los ciudadanos indiferentes.

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